Este es lema de la Organización Mundial de la Salud, OMS para celebrar el Día Mundial sin Tabaco 2023.
El cultivo de tabaco es perjudicial para la salud, la de los agricultores y la del planeta. La industria tabacalera interfiere en los intentos de sustituir el cultivo de tabaco, con lo que contribuye a la crisis alimentaria mundial.
Según la Universitat Oberta de Catalunya, “cada año se destruyen unos 3,5-4,3 millones de hectáreas de tierra en 124 países para cultivar tabaco en ellas”, lo que genera graves efectos negativos sobre el medio ambiente.
La campaña busca que los Estados ayuden a los campesinos para que cambien a cultivos sostenibles que permitan mejorar la seguridad alimentaria y nutrición en el mundo.
La OMS para este año tiene cuatro objetivos importantes:
- Movilizar a los gobiernos para que pongan fin a las subvenciones al cultivo de tabaco y destinen los recursos ahorrados a programas de sustitución de cultivos que ayuden a los agricultores a realizar la transición y mejoren la seguridad alimentaria y la nutrición.
- Concienciar a las comunidades dedicadas al cultivo de tabaco sobre las ventajas de abandonar el tabaco y dedicarse a cultivos sostenibles.
- Apoyar la lucha contra la desertificación y la degradación del medio ambiente mediante la reducción del cultivo de tabaco.
- Denunciar las maniobras de la industria para obstaculizar el trabajo orientado a unos medios de vida sostenibles.
La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 y desde ese año se celebra cada 31 de mayo con el fin de informar “al público acerca de los peligros que supone el consumo de tabaco, las prácticas comerciales de las empresas tabacaleras, las actividades de la OMS para luchar contra la epidemia de tabaquismo, y lo que las personas de todo el mundo pueden hacer para reivindicar su derecho a la salud y a una vida sana, y proteger a las futuras generaciones”, explica la OMS.
Según datos de la entidad, 1.300 millones de personas en el mundo son consumidoras de tabaco.