Sangre artificial: Una opción cercana para la humanidad

¿Ha escuchado que un familiar, amigo o desconocido necesita una transfusión sanguínea para salvarle la vida? Según cifras de la Cruz Roja Colombiana “Colombia cuenta con 25 donantes por cada 1.000 personas que pueden donar, es decir población que se encuentra entre los 18 y 65 años”.

En el 2022 más de 356.434 pacientes requirieron ser transfundidos en el país y para el mes de diciembre la captación de sangre descendió significativamente hasta un 30% con respecto al promedio mensual.

Sin embargo, el Doctor Allan Doctor, profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, adelanta un estudio sobre una molécula llamada ErythroMer, cuya principal característica es la de transportar oxigeno de la misma forma en que lo hace la hemoglobina en la sangre humana.

La sangre es uno de los componentes que aún no se puede crear en laboratorio y que es imprescindible para cirugías, enfermedades, accidentes de tránsito e incluso los heridos en combates bélicos.

Con el fin de buscar alternativas que permitan acceder oportunamente al preciado componente, el doctor Allan ha venido trabajando en la molécula artificial que es más segura y efectiva en seres humanos, además de que no representa los mismos riesgos en la transmisión de enfermedades.

Según la plataforma de divulgación científica MasScience, el equipo investigador está emocionado con los avances obtenidos. “Si podemos crear una sangre artificial segura y efectiva, podríamos cambiar la forma en que se realizan las transfusiones de sangre en todo el mundo”, explica el Dr. Allan.

A pesar de los avances significativos en la materia como es probar la molécula en animales y ver su efectividad, aún queda por experimentar en seres humanos para evaluar su seguridad y eficacia.

Si llegará a tener éxito, se abriría una nueva ventana de posibilidades para los pacientes de diferentes partes del mundo donde existe una escasez de sangre o incluso donde la donación es baja y se necesita de transfusiones sanguíneas. 

El siguiente paso para el equipo es realizar pruebas clínicas en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de la molécula. Si tienen éxito, esta sangre artificial podría ser una herramienta vital en la lucha contra la escasez de sangre y la mejora de pacientes en todo el mundo. Y abre un amplio abanico de posibilidades a la hora de realizar transfusiones de sangre en zonas donde no se disponga de suministro suficiente de ésta.

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