Los científicos han encontrado una nueva fuente de agua en la luna: atrapada en diminutas perlas de vidrio formadas hace millones de años cuando los asteroides golpearon la superficie lunar.
En un estudio publicado en la revista Nature Geoscience, los investigadores estimaron que las perlas de vidrio, gránulos del ancho de mechones de cabello que se encuentran en todas partes en la superficie de la luna, en conjunto pueden contener hasta 270 billones de kilogramos de agua. Suficiente para llenar 100 millones de piscinas olímpicas, esta reserva de agua puede potencialmente abastecer a los astronautas en futuras exploraciones espaciales.
“La luna es bombardeada constantemente con impactadores, por ejemplo, micrometeoroides y grandes meteoritos, que producen perlas de vidrio de impacto durante los eventos de calentamiento instantáneo de alta energía”, dijo Sen Hu, coautor del estudio.
Las esferas se formaron como material fundido bajo la energía cinética de las colisiones y se endurecieron a medida que se enfriaba, agregó Sen Hu, profesor del Instituto de Geología y Geofísica de la Academia China de Ciencias.
Las docenas de perlas de impacto analizadas en el estudio se seleccionaron a mano de una muestra de suelo lunar obtenida por la misión lunar china Chang’e-5 en 2020. La nave espacial no tripulada, que recolectó 1,5 kilogramos de material con una cuchara mecánica y un taladro, entregó nuevas muestras lunares a la Tierra en diciembre de ese año, más de cuatro décadas después del programa Luna de la Unión Soviética y las misiones Apolo de los Estados Unidos.
Si bien la presencia de agua en la luna se conoce desde hace décadas y se confirmó a través de muchos estudios, los científicos estaban desconcertados por la forma en que el agua aparece y desaparece durante el día lunar en la luna, lo que sugería que había un depósito de agua que aún no se había identificado. en el suelo lunar.
Este último hallazgo proporciona una respuesta. Si bien las perlas son de tamaño pequeño, que van desde unas pocas decenas de micrómetros hasta unos pocos milímetros, tienen un contenido de agua de hasta el 0,2 por ciento de su peso.
Al analizar su perfil de hidratación, los investigadores rastrearon el origen del agua hasta el viento solar, una corriente continua de protones y electrones que fluye hacia afuera desde la corona, la capa más externa de la atmósfera del sol, a través del sistema solar. El hidrógeno del viento solar reacciona con el oxígeno presente en la superficie de las perlas de vidrio lunares, produciendo agua que se difunde en los orbes, dijo Hu.
Estas perlas también liberan el agua atrapada en el espacio, lo que explica el ciclo del agua en la superficie lunar, dijo Hu.
El hallazgo de contenidos sustanciales de agua en estas perlas tiene implicaciones para otros cuerpos sin aire, como el planeta Mercurio y el asteroide Vesta, donde también se han detectado cráteres de impacto.
Los investigadores también están buscando formas de recolectar el agua de las perlas, lo que puede allanar el camino para la utilización de recursos in situ (el uso de material local obtenido y fabricado en objetos astronómicos) y misiones más adentro del sistema solar.
“Saber cómo se produce, almacena y repone el agua cerca de la superficie lunar sería muy útil para que los futuros exploradores la extraigan y la utilicen con fines de exploración”, dijo Hu.